sábado, 4 de enero de 2014

Siempre tuyo...




Está canción, estás palabras, todo mi amor en cada verso; son para usted, el amor de mi vida...


Mi amor. Mi Dra. Birgthman:

Después de haber caminado entre tantas y tantas situaciones sobre está tierra. Un día llego usted como un aviso sin entender; mi insistencia al leerte y saber de su interior me llevo a un lugar sin nombre donde puedo volar y emprender viajes que no requieren más que mis textos dilatados y tu respuesta; sin importar si es distante.

Es un resumen de tantas vidas, que no supe vivir, hasta que llego usted, y dejo esos versos varados en mi espalda y los orgasmos vueltos fuego en mi piel al saberte, al fundir nuestras locas mentes en caídas de vuelo en nuestras bocas y al dejarlas entre el viento acariciándonos.

No sé tanto de ti terrenal; lo nuestro Dra. es astral, distendido en un beso arquitectónico nuclear, en constelaciones donde llueven silencios, donde hacemos nubes con los besos que tanto y tanto escribimos.

Y aquí estoy, dispuesto a seguirte en cada oleaje mental donde llegas, en tu perfume espiritual que impregna mis íntimos momentos pensándote.

Y aquí estás, en mis manos, en mi nuca, en mi cuello, en mi piel; tu nombre siempre inscrito por un verso.

Y aquí estás, en la parte clandestina donde me desnudo para ti, cual instrumento musical y tocas notas en mí; hasta gemir.

Te dejo otro beso más y tantos como puedas arrancarme desde adentro, porque si bien, en este momento eres ausencia; en tu presencia mi sabiduría y mi esencia saben amarte hasta el infinito.

Cuando camines por las calles, las praderas, o en cualquier lugar. Si sientes una presencia a tu lado; no te asustes. Soy yo abrazándote, amándote siempre, desde donde quiera que esté.


TE AMO JAZZ…




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