Abrí los ojos, sentí la brisa
acariciar mi rostro…
Caminaba lento, la arena abrazaba
mis tobillos…
El mar, siempre poderoso;
susurraba en cada ola mis lamentos…
El atardecer comenzaba asomarse
en el cielo…
El océano devoraba lentamente al
sol; mientras el brillo de la luna despertaba entre las nubes…
Lentamente todo se iba convirtiendo
en sombras…
De pronto te vi, a lo lejos…
caminando en mi dirección, disfrutando del momento…
Eras hermosa; tus ojos brillaban
junto con el mar… reflejando la luna en ellos…
Tu cuerpo perfecto, parecía bailar
junto que la brisa que jugaba con tu cabello…
Te detuviste, observando el
atardecer…
Lentamente comencé acercarme, quería
sentirte…
Pero me detuve, me temblaban las
piernas…
No podía moverme, estabas ahí…
Pero tus manos, las acompañaba
alguien más…
Tu sonreías, brillaba tu mirada…
Se fundieron en un abrazo,
mientras tus dedos recorrían su rostro…
Se besaron, y mi corazón se
detuvo un instante…
Mil recuerdos recorrieron en
instantes mi mente…
Estuve a punto de llorar; pero no…
sonreí…
Al verte tan feliz, tan plena…
Tus ojos se cruzaron con mi
mirada…
Y al fin pude ver, que me habías olvidado…
Que eras feliz… y me sentí bien,
alegre…
Un escalofrío me recorrió; dude,
mis labios formaron un te amo…
Sonreíste, y nuestras miradas se
perdieron…
Desperté… sudando; así comienza
mi tortura… así me castigan mis sueños…
Y así, te seguiré amando… aun cuando
encuentres la felicidad en otros brazos…
Siempre tuyo,
P.