Está canción, estás palabras, todo mi amor en cada verso; son para usted, el amor de mi vida...
Mi
amor. Mi Dra. Birgthman:
Después
de haber caminado entre tantas y tantas situaciones sobre está tierra. Un día llego usted
como un aviso sin entender; mi insistencia al leerte y saber de su interior me
llevo a un lugar sin nombre donde puedo volar y emprender viajes que no
requieren más que mis textos dilatados y tu respuesta; sin importar si es
distante.
Es un
resumen de tantas vidas, que no supe vivir, hasta que llego usted, y dejo esos
versos varados en mi espalda y los orgasmos vueltos fuego en mi piel al
saberte, al fundir nuestras locas mentes en caídas de vuelo en nuestras bocas y
al dejarlas entre el viento acariciándonos.
No sé
tanto de ti terrenal; lo nuestro Dra. es astral, distendido en un beso
arquitectónico nuclear, en constelaciones donde llueven silencios, donde
hacemos nubes con los besos que tanto y tanto escribimos.
Y aquí estoy, dispuesto a seguirte en cada oleaje mental donde llegas, en tu perfume espiritual que
impregna mis íntimos momentos pensándote.
Y aquí estás, en mis manos, en mi nuca, en mi cuello, en mi piel; tu nombre siempre inscrito por
un verso.
Y aquí estás, en la parte clandestina donde me desnudo para ti, cual instrumento musical y tocas notas en mí; hasta gemir.
Te
dejo otro beso más y tantos como puedas arrancarme desde adentro, porque si
bien, en este momento eres ausencia; en tu presencia mi sabiduría y mi esencia
saben amarte hasta el infinito.
Cuando
camines por las calles, las praderas, o en cualquier lugar. Si sientes una
presencia a tu lado; no te asustes. Soy yo abrazándote, amándote siempre, desde
donde quiera que esté.
TE AMO
JAZZ…