Tenemos
tan poco tiempo para decir lo que sentimos.
Jugamos
a ser silencio; y creemos que todos pueden entender nuestra mirada.
El corazón
se ahoga en sus sentimientos, esos que nunca somos capaces de vaciar en otra
alma.
Temor.
Miedo
a enamorarte de un corazón, que no te corresponde.
Miedo
a decir te quiero, a oídos ajenos o prohibidos.
Miedo
de derramar deseo en un cuerpo, con el temor a enamorarlo.
Miedo
a todo, menos a quedarnos solos.
El
mundo gira en la dirección que le conviene. Y nosotros…
…
nosotros solo somos instantes…
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